Todos los especialistas en uso y ahorro de energía coinciden en que usar la lavadora en frío reduce significativamente el consumo eléctrico. ¿Por qué? Por una razón muy simple, el sistema que usa el equipo para calentar el agua se lleva buena parte de la energía necesaria para el funcionamiento de la lavadora.
Una lavadora que usa agua por encima de los 40ºC necesita una gran cantidad de energía para calentar el agua de manera muy acelerada. Este proceso, por lo general, se hace usando resistencias que necesitan un alto voltaje y amperaje para calentarse en pocos segundos.
Por lo tanto, usar ciclos de agua caliente como a 60 o 90ºC requiere de una mayor cantidad de kWh y por ende, aumenta el gasto eléctrico. A la larga, estas fracciones de energía usada en cada colada suma euros a la factura final.
La mejor solución es elegir ciclos cortos y preferiblemente, con agua fría. En promedio, una lavadora de carga frontal con diseño de alta eficiencia en modo de lavado en frío, consume aproximadamente 0,5-1,5 kWh por ciclo.
Obviamente, este consumo es un estimado general y que varía significativamente entre marcas y modelos.
Por el contrario, un ciclo de lavado en caliente puede requerir entre 1,5 y 3,0 kWh, lo que es más o menos el triple del consumo en frío. Esta información es fundamental a la hora de elegir el ciclo de lavado de nuestro hogar.
En los estudios técnicos que hacemos en ACCIONA Energía, especificamos las necesidades de equipos de autoconsumo solar basado en el consumo actual y futuro de una vivienda. Con ello, podemos estimar de manera muy precisa, cuáles serán las capacidades de generación y consumo que optimizan el ahorro en tu hogar.